Mar. Jul 2nd, 2024

Recado desvariado

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Aunque era tarde para el principio del viaje hacia Otrora, Endopio Saflumán había llegado a resover las incógnitas previas al éxodo ribonucléico sin coherencia alguna. Éste, equipado con un pantalón demodé, un colador mediano y calzando las sandalias carbonizadas de la etapa de trompetista ocasional, salió del Iglú echando a andar por la paralela inferior hacia la costa abstracta para cumplir con la caprichosa voluntad de su bisabuelo político, que días antes de la partida le había comentado: «Endi, espero que cuando seas tú me hagas el favor de entregar en las antenas del camarón prohibido del océano Yereblei este manuscrito de la novela de mi cuñada».

Lo odisea no fue fácil, pues abarcar la inmensidad del Yereblei con el colador y desde la orilla no fue la mejor idea de Endopio (ni aquella otra en la que masticó goma de borrar lengua…) ya que fueron varios los siglos en los que se esforzó sin la recompensa de hallar al organismo, que ajeno a su búsqueda había mutado en gambón bujía con el fin de adaptar sus facultades natatorias al tamaño de la región ocupada por agua en el planeta Pundelio.

En definitiva, fue tarde para consumar el encargo familiar, pero no para leer el texto que había estado guardando con tanto cuidado y, hete aquí, que empezando a juntar letras pudo interpretar como se titulaba la obra que durante tanto tiempo le había acompañado a las orillas del océano, y cuya narrativa le volvió a ofrecer algo de impulso extra durante sus últimos años de vida en la travesía inercial a lomos de Pundelio, el planeta aguado.

Extracto de fondo marino del océano Yereblei by Craig Carcoma

 

 

Activio Glüstis Limpërhoff (Hilandero entrometido y bombero zalamero)

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