Mar. Jul 2nd, 2024

La difusa parsimonia de un ser abyecto

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Clong Patricio Cairus tenía ganas de esprintar en su balcón de dos metros cúbicos, en parte por su síndrome de abstinencia producida por su adicción a los lacasitos y, por otra parte, por la reciente muerte de su mamuth Ruperto, que nunca había existido pero, aún así, había sido un tipo humilde y con los pies en el suelo.

Al encontrarse tan regular, salió a dar una vuelta con sus colegas Lou Pulo y Luis Térico. La cosa terminó mal ya que, al tomar su trigésimo octavo cubata, Clong esprintó con tan buena suerte que encontró por el camino la rueda de un camión.

Una de esas típicas ruedas que no entiende ni de humanos ni de esprints a las 7 de la mañana. Esta tarde será el funeral, al que asistirá el mismísimo Clong sin tener conciencia de ello.

Rueda que acabó con la vida de Clong, o una parecida. Es redonda, ¿no?, by Marty Desprecius

 

 

Dingo Wollobolf

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