Mar. Jul 2nd, 2024

Molusco Troy infarto

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Troy McGolosín era todo un seductor: tenía la típica mirada felina de molusco que atraía a las féminas, así como las sirenas atraían al pequeño robot nono en aquel pasaje de la Odisea de Hosardina.

Tristemente, Troy falleció por un inoportuno bostezo en do menor cuando practicaba padel-surf rodeado de tiburones de alto standing y a su funeral acudieron 312 mujeres que habían rebotado sobre su glande en divertidas noches de luna hiena.

No hubo incidentes y todo marchó como la seda excepto por la música, que era tan horrible que Troy resucitó solo para meter un puntapié al reproductor de cd’s y volver a su ataúd. Hubo tres infartos y cinco ataques de histeria entre los asistentes a tan sorprendente evento.

Instantánea del careto que se le quedó a Troy cuando la gente que supuestamente le quería puso aquel disco de Roxette con baladas en español en su funeral, by Gabriel Objeto

Dingo Wollobolf

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