Mar. Jul 2nd, 2024

Un sueño cotidiano, balas para un trauma, sudores virginales y un superhéroe pocho

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Querido Doctor Dolor, hace unos días tuve un sueño maravilloso, aunque un tanto extraño. Soñé que iba surcando los cielos sobre un unicornio rosa súper bonito, y que atravesábamos cielos de algodón de azúcar y valles de caramelo hasta llegar a un hermoso castillo de cristal. Allí nos recibía un apuesto príncipe que me invitaba a una cena de gala, y después a bailar, y, finalmente, bajo la pálida luz de las estrellas, me pedía que me casase con él. Después teníamos varios hijos preciosos, y nos íbamos todos juntos de vacaciones en una carroza hecha de coral y algas marinas y éramos felices para siempre jamás. ¿Qué cree usted que puede significar?

maríadoloresdevientre@terra.com

Estimada María: soñar que uno vuela sobre un unicornio rosa es algo absolutamente normal. Según la teoría freudiana clásica significa que sufriste terribles abusos y vejaciones por parte de tus compañeras del equipo de volley del instituto cuando eras niña. Ese unicornio simboliza tu sed de venganza, la voz interior que te incita a anegar la Tierra con la sangre de tus enemigos. Por otra parte, todo ese sórdido asunto del príncipe, el baile y la proposición de matrimonio responde, obviamente, a un inconfesable deseo de ser taladrada grupalmente por varios individuos asiáticos disfrazados de personajes de Walt Disney mientras cantan la canción «This is the age of Aquarius», en la magnífica versión de Raphael de los años 70. En cuanto a lo de los niños y las vacaciones, eso es simplemente un reflejo de tu voluntad de comer carne humana en un futuro cercano. Como te digo, es un sueño perfectamente normal, nada de lo que debas preocuparte.

Doctor Dolor: desde que tengo uso de razón he querido ser policía, por lo de poder dispararle a la gente y todo eso. Sin embargo, ya van diecisiete veces seguidas que me presento a las pruebas y las suspendo. No sé si es por mi ceguera del 80%, por la amputación de mis extremidades inferiores cuando era niño, por mi lepra contagiosa o simplemente porque me tienen manía. El caso es que empiezo a perder el entusiasmo, y estoy comenzando a plantearme otras opciones, como ponerme a estudiar «teleco», hacerme reponedor en Mercadona o mercenario en el África sub-sahariana. ¿Qué hago, doctor? ¿Cree usted que ya va siendo hora de rendirme a la evidencia, o debo perseverar en mi sueño?

depequeñomellamabanquasimodo@yahooo.es

Querido Quasi: ojalá hubiera más personas altruistas como tú en este mundo. Que un puto cojo deforme y medio cegato como tú sólo piense en ayudar a sus semejantes es algo que me reconcilia con la especie humana. Por eso te animo a que perseveres en tu empeño. Lo primero que deber tener en cuenta es que no necesitas la aprobación de nadie. ¿Quién necesita un uniforme y una placa cuando se tiene un espíritu irreductible como el tuyo? Hoy en día es sumamente fácil hacerse con un par de semi-automáticas y algunos cartuchos de explosivo plástico en el mercado negro. Luego, lo único que tienes que hacer es buscar algún punto bien situado tácticamente y con buena visión periférica, como una grúa de construcción o lo alto de un campanario. Después, provisto de un altavoz potente, haz saber al mundo de tus intenciones, y cuando veas aparecer las luces de la policía dispara un par de salvas al aire en su honor. Si es necesario puedes hacer un par de disparos al suelo para que sepan que vas en serio. Ya verás como las Fuerzas de Seguridad del Estado y la ciudadanía en general saben apreciar tus generosas intenciones. Un fuerte abrazo, y suerte.

Hola, Doctor. Estoy enamorado de una chica de mi oficina, y yo creo que también le gusto, pero soy tímido hasta lo patológico y no me atrevo a decirle nada porque temo que se lo tome a mal o me rechace. Me sudan las manos cuando ella está cerca, apenas me sale la voz, y cuando me sale es para decir la primera tontería que se me ocurre. Creo que piensa que debo ser medio imbécil, pero estoy seguro de que si me conociera de verdad y supiera lo que siento por ella me vería de otra forma. Quiero decirle que me gusta, pero no sé cómo. No sé si debería invitarla a tomar un café después del trabajo, si invitarla al cine, si comprarle un ramo de rosas… Nunca sé cómo hacer estas cosas. Ayúdeme, por favor.

Chicotimido394576@teestoyamandolocamente.com

Hola, chico tímido. No te preocupes, todos hemos pasado por un trance similar, y siempre es difícil hacer conocer la naturaleza de nuestros sentimientos a la persona que amamos. El riesgo de que nuestros sentimientos no sean compartidos por la otra persona está ahí, es verdad, pero si no nos atrevemos a dar el paso nunca estaremos seguros de si el amor que ansiamos es posible. Por eso te animo a que des el paso de una vez. No es necesario que le comuniques tus sentimientos directamente, en estas situaciones la sutileza es un recurso fundamental. Ninguna mujer puede molestarse ante una muestra de aprecio expresada con elegancia y con sentido del humor. Por ejemplo, la próxima vez que pases por delante de su mesa puedes dejarle la cabeza de un algún animal muerto (una ardilla, un pájaro, su gato, lo que sea) en un cajón sin que nadie te vea, acompañado de una nota misteriosa del tipo: “Te estoy observando. Yo te daré lo que te gusta”. Eso despertará su curiosidad. Si eso no funciona, desabróchate disimuladamente la bragueta y apoya tus testículos sobre su mesa mientras tamborileas “Bailar pegados”, de Sergio Dalma, con el pene. Seguro que ella capta la indirecta. Y si aun así se da por aludida, no sé, puedes probar a empaparte en gasolina y quemarte a lo bonzo un lunes a las nueve de la mañana frente a la puerta de la oficina mientras gritas: “¡X (aquí su nombre), te quieroooo! ¡Maldita ramera! ¡Pudimos haber sido tan felices juntos…!”. Si después de eso sigue sin mostrar interés por ti, no sé, tampoco te ralles, seguro que más adelante encuentras a alguien más adecuado para ti, o no, igual apareces muerto en un sótano oscuro y mal ventilado con indicios de haber sido utilizado como víctima propiciatoria para algún macabro ritual pagano. Yo qué sé.

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Hola, Doctor. Soy Batman. No sé cómo empezar a decir esto, la verdad. Todo ha sido una terrible confusión. Lo del traje fue sólo una broma de mis amigos para la cabalgata drag-queen de Maspalomas. Les dio por disfrazarme de murciélago porque decían que me gusta mucho la noche, y me hicieron el traje ese con la capa y marcando paquete. Esa noche, al volver a mi casa de todo puesto de speed, me crucé con dos chaperos y sólo recuerdo que les dije: “¿Hey, queréis conocer mi agujero oscuro?”, y que salieron corriendo como si hubiesen visto al fantasma de Franco. Al día siguiente todo el mundo hablaba del murciélago, el vengador justiciero y toda esa movida. Ahora se supone que tengo que pegarme con gente y cosas así, y hay un montón de gente que quiere matarme. ¿Qué hago? No quiero salir del armario porque mi familia es muy católica, y aparte el traje mola, pero me da miedo que me hagan pupita. Lo único que yo quiero es bailar. Necesito su consejo, por favor.

Querido Batman, he de reconocer que no estoy muy puesto en temas superheroicos, pero estoy seguro de que debe ser un mundo bastante turbio y exigente. Como lo de ser gay, supongo. No sé. Se me ocurre que, siendo tu familia tan tradicional como dices, lo mejor que puedes hacer es aprovechar alguna ocasión en que esté toda la familia junta, una boda, un bautizo, o mejor un funeral de alguien cercano a ti, para salir del armario de un modo diplomático. Lo suyo es que te sitúes en lo alto de la nave de la iglesia, al amparo de la oscuridad, como si fueses una gárgola más, hasta el punto álgido de la ceremonia, momento en el que te abalanzarás sobre todos los presentes al grito de: “¡Miradme! ¡Soy el Señor de la Noche!”, mientras detonas varias cargas explosivas a modo de celebración. Si es con música de Rafaela Carrá, mejor. Seguro que tu familia se lo toma con tolerancia y sentido del humor, ya verás.

batman@gothamcity.com

En fin, mis queridos lectores, espero haberos sido de ayuda una vez más. La semana que viene os escribiré desde Berlín, adonde he ido para buscar un tratamiento para la sífilis espasmódica africana que contraje la semana pasada comiendo un yogur caducado del Día. Aprovecho para recordaros que una alimentación variada es fundamental. El mundo necesita mano de obra bien alimentada y barata como vosotros. Que tengáis una buena semana.

 

 

El gran Kepowski

 

*Imagen de Gordon Johnson en Pixabay

 

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